“La oración es una expresión muy especial del encuentro y diálogo entre el hombre y Dios. A través de ella el hombre logra encauzar experiencias y sentimientos espontáneos de lamento, súplica, confianza, arrepentimiento, gratitud, alabanza, admiración, profesión de fe… Cuando estos sentimientos y experiencias se convierten en lenguaje llegan a adoptar notables expresiones poéticas. Y cuando se hacen acompañar de música, se convierten en canción. Todo esto, oración, poesía y canción, es el libro de los Salmos, verdadero culmen de la experiencia religiosa de Israel y una de las joyas poéticas de la literatura universal”. (Biblia de América, p.1033)
En los salmos existen tres géneros literarios que sobresalen: Los himnos, las súplicas y las instrucciones o salmos didácticos.
Los himnos tienen, a su vez, el siguiente esquema: una introducción que invita a la alabar a Dios; el cuerpo del himno, donde se enumeran los motivos por los cuales debemos hacerlo; y la conclusión, que reitera la introducción, resaltando los motivos o la invitación.
Lee el salmo 100
En este salmo podemos ver las características de un himno, ya que el autor invita a la congregación a alabar a Dios y darle gracias, enumera los motivos para hacerlo y, por último, termina de nuevo con otra invitación a la alabanza y a venir ante Él.
¿Cómo debemos alabar a Dios, servirle y entrar ante su presencia?. vers. 1, 2 y 4.
En los salmos existen tres géneros literarios que sobresalen: Los himnos, las súplicas y las instrucciones o salmos didácticos.
Los himnos tienen, a su vez, el siguiente esquema: una introducción que invita a la alabar a Dios; el cuerpo del himno, donde se enumeran los motivos por los cuales debemos hacerlo; y la conclusión, que reitera la introducción, resaltando los motivos o la invitación.
Lee el salmo 100
En este salmo podemos ver las características de un himno, ya que el autor invita a la congregación a alabar a Dios y darle gracias, enumera los motivos para hacerlo y, por último, termina de nuevo con otra invitación a la alabanza y a venir ante Él.
¿Cómo debemos alabar a Dios, servirle y entrar ante su presencia?. vers. 1, 2 y 4.
Veamos:
Vers. 1: “Aclamen alegres al Señor, habitantes de toda la tierra;”
¿Quiénes son los invitados a aclamar, a cantar al Señor? No sólo son unos pocos, sino toda la tierra.
Todos estamos invitados a hacerlo, sin excepción alguna.
Vers. 2.: “adoren al Señor con regocijo.
Preséntense ante él con cánticos de júbilo.”
Regocijo: “Alegría, júbilo”.
Júbilo: “Gran alegría que se manifiesta con signos exteriores”
Adoración también se traduce como “servicio” o “culto”.
Todo servicio es una adoración, y toda adoración, un servicio.
Nuestro servicio debe ser una constante adoración a Dios, y esta adoración deberá ser hecha con júbilo y regocijo.
A partir del verso 3 comienza a enumerar los motivos por los cuales debemos adorar , aclamar, servir y dar culto al Señor, y hacerlo con regocijo, alegría y acción de gracias.
Veamos:
Vers. 3: "Reconoced que Jehová es Dios;
El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.”
¿Cómo reconocemos que Jehová es Dios?
El samo 46:10 nos dice:
10 «Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!»
Para reconocer algo hay que estar atentos, prestar atención, aquietar nuestra mente y nuestro espíritu.
A veces nos olvidamos de quién es el Dios a quien adoramos y lo que hace en nuestra vida. ¿Sabemos delante de quién estamos?, ¿a quién oramos?
El es Señor del cielo y de la tierra, nuestro creador, el Todopoderoso!
El saber que Dios nos hizo y no nosotros a nosotros mismos, nos saca del orgullo de creernos nuestros, al saber que no nos pertenecemos.
¿Cómo nos sentimos al saber que Dios nos cuida, que somos su pueblo, y que somos ministrados y cuidados por Él?
El vers. 4, nos vuelve a hacer la invitación a venir ante Él, esta vez con acción de gracias, alabanza y bendición en nuestros labios:
“Entrad por sus puertas con acción de gracias,
Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre”.
No sólo es una invitación a entrar ante su presencia, sino a hacerlo con una actitud de agradecimiento y alabanza.
¿Cómo suele ser tu actitud al entrar en la presencia del Señor?
El vers. 5, de nuevo nos reitera los motivos: “Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia”.
¿Cuántos motivos tenemos para agradecerle y bendecir su nombre?.
Medita por un momento en tu caminar con Dios este año.
Tal vez tienes mucho por qué agradecerle, por lo cual alabarle y bendecirle. Tómate un tiempo para hacerlo, sólo agradécele y alaba su nombre.
Por qué no le expresas al Señor lo que sientes, puedes escribirle algo, un canto, un poema, o simplemente hablar con Él, haz como el salmista, exprésale tu oración de la manera que quieras. Simplemente: Alaba su nombre!
Son 5 versículos, los cuales nos invitan, sencillamente, a alabarle, a venir ante Él y darle gracias. Porque Él es Dios, es bueno, y su amor es eterno. Sencillamente alábale.
Oremos:
● Demos gracias a Dios por este año, por sus bondades y su amor. Porque nos cuida y nos ama, como nuestro buen Pastor.
● Pidamos que nuestro servicio sea una constante adoración para Él.