viernes, 28 de enero de 2011

"Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy"

Tras la muerte de Salomón, se sucedieron una serie de reyes que hicieron lo  malo ante los ojos de Dios, con sólo algunas excepciones. El décimo rey en esta lista fue el rey Acab, pero éste superó en malas obras a los anteriores.
Veamos por qué:


¿Cuáles fueron las acciones de Acab que fueron superiores en maldad a las acciones de los reyes anteriores?
Quién es el personaje que aparece en el capítulo 17 vers. 1
Alrededor del año 865 a.C, en un lugar de Samaria y durante el reinado del Rey Acab, aparece un profeta, Elías, cuyo nombre va unido a su propósito, “Jehová es mi Dios”. El propósito de su ministerio fue hacer volver al pueblo de Israel al único Dios verdadero.
El pueblo, en este tiempo, estaba sumido en la idolatría, la corrupción e inmoralidad, los reyes que se habían sucedido, habían hecho pecar al pueblo sumiéndolo en el pecado.

¿Cuál es la declaración que hace Elías? Cap. 17 vers. 1
En qué se basa para hacer esa declaración?

En Deuteronomio cap. 11:13-17, podemos ver que dice: “Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos; y se encienda el furor de Yahvéh sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto del a buena tierra que os da Yahvéh.”
Podemos leer también Deuteronomio 28:20,23-24. 
 
Dios dice que cerrará los cielos, que no habrá lluvia, ni la tierra dará su fruto, si su pueblo se aparta tras dioses ajenos, y Elías se basa en su palabra para hacer esta declaración.
¿Qué actitudes toma Elías ante esta situación?
Vemos que Elías no toma una posición pasiva, sino activa.  Él conocía la palabra de Dios, lo que Dios había dicho si su pueblo se apartaba, y la declara, se hace escuchar, aún sabiendo las consecuencias que esto pudiera tener.

Veamos sus palabras con detenimiento:
A) “Vive Jehová Dios de Israel”:
Elías comienza hablado en nombre y representación de Dios, que en contraste con los otros dioses, nuestro Dios vive. Pero ¿quién es ese Dios? Es el Dios de Israel, Israel tiene un solo Dios, y éste está vivo.

B) “En cuya presencia estoy”.
Otra versión nos dice, “a quien sirvo”. El se declara siervo de Dios, alguien que está continuamente en presencia de su rey, pero no un siervo a medias, sino uno que está dispuesto a arriesgarlo todo, de absoluta fidelidad.

C) “No habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra”.
Esto es un reto para el dios Baal, que era considerado el dios de la fertilidad y también como el dios-sol. Esto pondría prueba su poder. Elías recuerda la palabra que Dios había dicho si su pueblo se apartaba y la declara.

Ahora nos encontramos en el tiempo de la gracia, en el Nuevo Pacto, pero podemos tomar como ejemplo la fe de Elías, de su fidelidad, que al saber en qué tiempo se encontraba, su identidad en Dios y su propósito, actuó conforme a ello.
Lance Pierson, en su libro Elías, nos dice:
Sabemos que Elías era un profeta, pero nada acerca de su llamamiento o de su capacitación previa. Mucho mejor. No importa cómo o dónde hayamos crecido o sido educados. No importa cuáles son nuestros estudios o nuestro trabajo. No importa cómo o cuándo nos convertimos al cristianismo. No existen países especialmente favorecidos, ni universidades, ni fórmulas. Somos sencillamente llamados a unirnos a Elías en el servicio y a llevar a cabo nuestro propio ministerio, sea el que fuere.  (Pierson, p.27)

Dios quiere usarnos, independientemente del lugar donde hayamos nacido, vivido o estudiado.

¿Qué similitudes encuentras en tu comunidad, escuela, ciudad, país, que tengan alguna semejanza con la situación y el tiempo que vivió el profeta Elías.
¿Cómo crees que Dios quiere usarte en este tiempo y situación en que vives?
¿Cómo es tu actitud ante el pecado, la corrupción o impunidad que reinan a tu alrededor? Tienes una actitud activa o pasiva? 
Oremos
Que podamos entender y discernir el tiempo en el que vivimos y cómo Dios quiere usarnos en nuestro contexto específico.
Que seamos valientes y nuestra fe sea fortalecida para poder arrebatar el reino de los cielos.

domingo, 16 de enero de 2011

Humanidad de Dios: Muerte

”Lo único seguro de la vida es la muerte.”


”Lo único seguro de la vida es la muerte.”
“Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.”

¿Qué es la muerte?

Como seres humanos estamos destinados a la muerte. En un principio no era así, ya que como seres creados a imagen y semejanza de Dios, Él sopló aliento de vida en nosotros, pero como consecuencia del pecado, la muerte entró a la humanidad. Jesús, en su naturaleza humana, tendría que experimentar la muerte.

En los tres evangelios se nos narra la muerte de Jesús; analizaremos lo que nos dice el Evangelio según San Juan al respecto.

Jesús ha estado ante Pilato; Pedro lo ha negado; fue arrestado e interrogado por Anás; les dio un discurso de ánimo a sus discípulos, les asegura que es mejor su partida, ya que vendrá el Espíritu Santo; ora por ellos;  se presenta como la vid verdadera; como el camino al padre; lava los pies a sus discípulos; habla de la traición de Judas; anuncia su muerte; es ungido en Betania, y perseguido para darle muerte a causa de las cosas que hace, que disgustan en gran manera a los fariseos y los principales sacerdotes
¿De qué personas estaba rodeado Jesús cuando murió? ¿Qué personajes  intervinieron?
Vemos al Mesías siendo muerto, acabando el ciclo, como ser humano, con la muerte; rodeado solamente de unos cuantos conocidos, con mucho dolor. y siendo rechazado e injuriado hasta el último momento


¿En dónde fue crucificado Jesús?
¿Qué hicieron con sus vestidos?
¿Qué quiere decir el hecho de que muchas personas leyeron el título que tenía Jesús cuando fue crucificado?
¿Qué hecho central se desprende del pasaje?
¿Cuáles fueron sus consecuencias?

No queda duda de que Jesús existió y que por muchos fue conocida su vida y su muerte; cuyo propósito fue la redención de la humanidad.
En Jesucristo resucitado, ya no está la certeza de la muerte como única opción, en Él encontramos una Esperanza de Nueva Vida, de resurrección para estar con Él  por la eternidad.
Desde el momento en que aceptamos su sacrificio, podemos comenzar a disfrutar del gozo de su salvación, del perdón de pecados, de la regeneración por medio de su Espíritu Santo.

Ese es el Dios en quien creemos, un Dios hecho carne, que ha experimentado la muerte, y puede socorrernos en ella. Esto nos permite verla como algo momentáneo que nos unirá por fin y por completo a nuestro Creador.

“Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.
Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”

Oremos

Demos gracias a Dios por la Esperanza que tenemos en Él.
Para que sigamos el ejemplo de nuestro salvador Jesucristo, y podamos ser obedientes hasta la muerte, estando conscientes de que estamos en el mundo por un lapso de tiempo, y que las cosas que están a nuestro alrededor no nos distraigan, ni nos impidan hacer su voluntad.