jueves, 23 de junio de 2011

Devocional ¡Todo tiene su Tiempo!

Lee Eclesiastés 3.1-14
“Por todo el libro de Eclesiastés el autor muestra dos opiniones opuestas acerca de la vida. Primero, ve él las cosas en su derredor tal como haría el hombre natural, sin la luz de la revelación divina. Su conclusión, “toda es vanidad” Pero enseguida el autor escribe como aquel quien ha recibido la revelación de Dios mismo, y ahora sus observaciones y conclusiones suenan con certeza y esperanza. Por ejemplo dice, “todo lo que Dios hace es perpetuo” v. 14).
V.1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Hay un tiempo adecuado para todo, incluyendo un tiempo de orar y un tiempo de actuar. Cuando vemos a alguien a quien le falta comida y ropa, es correcto suministrar lo que necesitan (Santiago 2:15-16). A veces necesitamos confiar en Dios y tomar medidas inmediatamente.
Ese fue el tipo de mensaje que Dios le dio a Moisés cuando dijo de los israelitas: « ¿Por qué clamas a mí?» (Éxodo 14:15). Poco antes, Faraón había permitido a los israelitas salir de Egipto, pero entonces cambió de parecer (vv.5-6). Queriendo traerlos de vuelta, él y su ejército los persiguieron (vv.7-9). Los israelitas se aterrorizaron cuando vieron que los egipcios se acercaban. Estaban atrapados en la costa del mar Rojo sin poder ir a ninguna parte. Pero Moisés aseguró a Israel que Dios los libraría. Ese era el momento de actuar, no de clamar a Él. Era hora de pasar «por en medio del mar, sobre tierra seca»
¿Has pensado que pasaría si todo fuera, felicidad en la vida, y no existieran los problemas?
Tener la expectativa de felicidad perdurable en un mundo cambiante, debe terminar en el desengaño. Conducirnos a nuestro momento en la vida es nuestro deber y sabiduría en este mundo. El plan de Dios para el gobierno del mundo es completamente sabio, justo y bueno.
Vivimos en un mundo siempre cambiante. Los sucesos de cada día, así como las condiciones de la vida humana, difieren grandemente y estamos constantemente pasando y volviendo a pasar de un estado a otro.
En nuestras agitadas y ocupadas vidas, tendemos a enredarnos tanto con nuestras propias preocupaciones que perdemos el sentido de la compasión por los demás. Debemos tomarnos el tiempo para observar y responder a las personas, ya sean niños pequeños, padres o creyentes mayores que nosotros.
Tenemos aquí:
1. Una verdad de tipo general: v. 1:«Todo tiene su tiempo». Aun las cosas y actividades que parecen ser contradictorias pueden, cambiando las circunstancias, ser oportunas, es decir, hallar su conveniencia de tiempo y lugar.
2. Algunos de estos cambios se deben únicamente a la mano de Dios; otros dependen de la voluntad del hombre. En el cielo hay movimiento sin cambio, pero bajo el sol todo cambia. El Predicador comienza por los dos sucesos entre los que reflexiona, la vida del hombre sobre la tierra:
a. Nacer y morir, como ocurre en el mundo de la naturaleza: sembrar y segar(v. 2).
b. Matar y curar (dar vida) son prerrogativas de Dios (v. 3).
c. La adversidad o la prosperidad (v. 4) ocasionan distintas condiciones de ánimo; ejemplos típicos son (v. 4b) la muerte o la boda, respectivamente, de algún pariente o amigo íntimo.
d. El v. 7 se refiere a rasgar los vestidos como señal de duelo y volverlos a coser cuando se pasó ya el luto; Job 2:12 Los cuales, alzando los ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y cada uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo.
e. El v. 8 muestra, primero en los individuos, después entre las naciones, sentimientos opuestos de amistad y enemistad que, con mucha frecuencia, se deben a causas ajenas a las partes en desacuerdo.
Como conclusión a esta galería de acontecimientos humanos, ajenas tantas veces a la voluntad del hombre, el Predicador pregunta (v. 9):« ¿Qué provecho saca el que trabaja, de aquello en que se afana?». La respuesta en el v. 13 nos muestra que su concepto ya no es algo para lamentarse sino apremiante “y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor”.
Reflexiona.
Aprovechemos la oportunidad favorable para todo buen propósito y toda buena obra. El tiempo de morir se acerca veloz. Así, pues, el esfuerzo y la tristeza llenan el mundo. Por lo tanto se nos exhorta: que siempre tengamos algo que hacer; nadie es enviado al mundo para estar de ocioso.
V. 10 Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.
Oremos:
· Por las diferentes circunstancias de la vida. Agradeciendo a Dios por permitirnos nuestro momento en la vida.
· Para que no perdamos el sentido de compasión por los demás, que Dios nos permita tener el tiempo para compartir de su amor.


jueves, 16 de junio de 2011

La sabiduría o la necedad.

Lee Eclesiastés 2. 12-26
La opinión de que Eclesiastés es un libro pesimista y escéptico es totalmente equivocada. No es ni un estilo de un doliente quien se ha retirado del mundo. Sino es la meditación de aquel hombre quien ha experimentado con todo lo que quiere hacer el hombre (2:10-11), y así hallar el significado y la satisfacción de la vida.

¿Por qué crees que el libro de Eclesiastés se puede interpretar como algo muy negativo y pesimista?

v. 10 No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. v. 11 Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.
Salomón no se resigna al ateísmo, ni el agnosticismo, ni el escepticismo, ni anduvo con una “fe ciega”, en lugar de Dios. Más bien, retenía firmemente el sentido que el temor de Dios es el deber más fuerte del hombre (12:13) y el aseguramiento de la verdadera prosperidad del hombre (2:24-26). El escritor no menosprecia el mundo en sí ni todos los dones divinos que hay en él. Más bien, insistía en que el gozo más grande que hay en cuanto a la vida viene dentro de los límites de este temor de Dios.

Después de afirmar que ni la sabiduría ni el desvarío pueden darle al hombre la felicidad, Salomón hace ahora una comparación entre la cordura y la necedad.

v. 12 Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho.
Se habla de la sabiduría, los desvaríos y la necedad. El resto de dicho versículo es difícil de traducir literalmente, pero el sentido claro sería: ¿qué provecho sacará alguien en repetir mi experiencia? ¡Ninguno! Le volverá a suceder algo parecido, pero no mejora.

Pero después de todo, es preferible ser cuerdo a ser necio (v. 13), pues el sabio, prudente, cuerdo, tiene sus ojos en la frente (v. 14), es decir, ve lo que tiene delante y sabe cómo alcanzar sus objetivos por la ruta más directa, mientras que el necio va a ciegas por el camino de la vida.

Sin embargo, en las cosas más importantes que buscaba, vio que el sabio le lleva poca ventaja al necio, pues ninguno de ellos puede alcanzar la felicidad en las cosas de este mundo y, lo que es peor, tanto el sabio como el necio acaban de la misma forma. Las mismas enfermedades aquejan a uno y a otro, la misma espada puede acabar con la vida del uno y del otro (vv. 14b, 15). Ambos son olvidados después de haber pasado a una misma muerte (v. 16). Son los nombres de los justos, no los de los sabios, los que están escritos para siempre en el cielo, donde brillarán como estrellas. Así que hay una tremenda diferencia entre la muerte de un justo y la de un malvado, pero no entre la de un sabio y la de un necio.

Salomón llegó a aborrecer, no sólo todo el trabajo (v. 18) que se había tomado, sino su misma vida (v. 17). Este aborrecimiento era una especie de fastidio natural de las cosas, surgido de la decepción que su disfrute le ha causado. La desilusión que las cosas de este mundo nos producen debería conducirnos a la esperanza que no avergüenza.

Romanos 5.5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Dos cosas le habían hecho concebir tal aborrecimiento: (A) El trabajo que había tomado muy en serio le resultaba fastidioso (v. 17). (B) Veía en él una ocupación penosa y sin provecho (vv. 22-23).
Por lo tanto lo mejor que se puede hacer, pues, con las riquezas de este mundo es usarlas con alegría y hacer el bien con ellas.
¿Cómo administras las riquezas que Dios ha puesto en tus manos?
¿Qué conclusión hace el predicador para el hombre que hace el bien y agrada a Dios?
v. 26 Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; más al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
La Biblia lo reafirma en Filipenses 4. 6-7: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.  Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Reflexiona:
Hay momentos en los que nuestro necio proceder nos separa de las bendiciones de Dios, ¿Cómo está tu vida delante de Él? ¿Deseas que Dios te dirija y sea el motor que conduzca tu vida?
Oremos:

·         Para que Dios nos permita actuar de manera sabia y prudente ante las diferentes circunstancias de la vida.

·         Para que por nada estemos afanosos, sino confiemos en la sabiduría de Dios nuestro proveedor.

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6.33

lunes, 13 de junio de 2011

Devocional: Todo es vanidad

Lee Eclesiastés Capitulo 1

Eclesiastés significa el orador o el predicador. Este libro parece haber sido escrito como un soliloquio (una persona hablando consigo misma). De acuerdo con la tradición judía, Salomón fue el autor. La palabra “vanidad,” que aparece muchas veces en el libro, significa transitorio o pasajero. Cuando el autor dice que todas las cosas son vanidad, quiere decir que se acabaran.

Vr.2 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. 


¿Para ti qué es la vanidad?

Según la Real Academia Española: Arrogancia, presunción, envanecimiento; otras definiciones: Caducidad de las cosas de este mundo; Palabra inútil o vana e insustancial; Vana representación, ilusión o ficción de la fantasía.

Por lo tanto la vanidad es el vacío de vivir para el placer y ganancia material.

Hay ocasiones en que la vida parece incongruente, inconstante e injusta. En todas las generaciones, en todos los momentos históricos, los justos y los malvados pasan por las mismas experiencias, se ven sometidos a las mismas pruebas, luchan con los mismos problemas, ¡y  todos terminan en el sepulcro! Según van envejeciendo, las personas vuelven los ojos al pasado y comprueban cuan efímera e ilusoria es la vida. Se nos escapa de las manos. ¿Que objeto a tenido entonces vivir? ¿Valió la pena luchar tanto por lo que  queríamos alcanzar? ¿Vivimos como debíamos haber vivido?

Vr.3 ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?
Como responderías a esta cuestión.


Vr.5-7: Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo.

¿Como entiendes la comparación de los ciclos de la naturaleza con el estilo de vida de muchos seres humanos?

Vr.11: "Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol", nos recuerdan las palabras de Cristo: "Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O que recompensa dará el hombre por su alma?" (Mateo 16:26).

vr.13-14 "Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo... he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu"

El Rey Salomón habló con un descontento inexcusable cuando dijo: "Di mi corazón a inquirir y a buscar... todo". Concluyó diciendo que sabía todo lo que había de saberse, pero eligió ignorar la Palabra de Dios.

Si una persona percibe cada día de existencia, trabajo y provisión básica como un regalo de Dios, y acepta lo que Dios le da, entonces esa persona vive una vida abundante (Juan 10:10). A la luz de este verdad por parte de Dios, la única vida de satisfacción es la que es vivida en reconocimiento apropiado de Dios y servicio a Él. Cualquier otro tipo de vida es frustrante y sin sentido.

Reflexiona:
Te has detenido a observar tu rutina diaria, en tu afán de cumplir tus metas, ¿Le dedicas un tiempo a Dios?

Sino es así, es el momento en que pongas un alto a tu vida y comiences a vivir esa vida abundante que Jesús te otorga: …yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (Juan 10.10)

Oremos:
·         Para que Dios nos permita ver las cosas que son vanidad en nuestra vida, y nos permita disfrutar la vida en abundancia que él nos promete y poder cumplir sus propósitos.

·         Para que nuestro grupo de estudio no ponga su mirada en las cosas materiales y pasajeras de la vida sino que pueda ser parte de las bendiciones de Dios.